La decisión de comprar o alquilar una vivienda está sometida a una serie de factores que se deben tener en cuenta. Dependiendo del momento en el que cada persona se encuentre, puede resultar una opción u otra más acertada, pero en líneas generales, el mercado inmobiliario premia la adquisición de viviendas en régimen de propiedad. Conforme pasa el tiempo, la tendencia alcista ofrece al comprador, la opción de vender la vivienda si se necesita liquidez o convertir dicha vivienda en propiedad en unos ingresos pasivos al ponerla en alquiler. Aun así, existen muchas ventajas y desventajas de ambas opciones:
La principal ventaja de alquilar una vivienda reside en la falta de compromiso exigido, al alquilar una vivienda, el inquilino no tiene que comprometerse a largo plazo como sí que sucede en la compra de una casa, de esta forma se puede cambiar de casa más fácilmente. Por otro lado, el coste inicial es más bajo porque al alquilar, solo necesitas pagar una fianza y alguna mensualidad que exija el contratante o inmobiliaria, mientras que en la compra de una casa, necesitarás un ahorro inicial importante para la entrada y otros costes. En cambio, la desventaja que provoca decantarse por el alquiler reside en la falta de autoridad dentro de la vivienda. Al igual que la responsabilidad es mayor, los inquilinos no podrán realizar una total personalización y en caso de problemas, deberán esperar la respuesta de la persona o agencia que esté a cargo de la vivienda.
Si hablamos de comprar o alquilar, una de las opciones que presenta varias ventajas sigue siendo la compra. La primera ventaja es la estabilidad y seguridad que supone ser propietario de una vivienda en España. Al comprar una vivienda, una persona goza de mayor más estabilidad y seguridad de controlar el tiempo que desees residir en tu vivienda, no tendrás que preocuparte por la posibilidad de que el propietario decida no renovar el contrato de alquiler. Además, como propietario, podrás hacer cambios en la propiedad de acuerdo a tus gustos y necesidades, el comprador goza de libertad para personalizarla a tu gusto y hacer cambios importantes en la estructura de la propiedad. Si eres propietario, puedes pintar las paredes, cambiar los muebles o incluso cambiar la distribución de las paredes. En cambio, en un contrato de alquiler, no puedes hacer cambios importantes sin el consentimiento del propietario.
La compra de una vivienda es una de las inversiones más importantes que cualquier persona puede hacer a lo largo de su vida. A medida que pasa el tiempo, el valor de la propiedad tiende a aumentar, lo que la convierte en una inversión a largo plazo. Además, si en algún momento decides vender la propiedad, puedes obtener una buena rentabilidad de la inversión realizada. No obstante, al margen de la inversión, la compra de una vivienda se considera un ahorro a largo plazo. Aunque el desembolso inicial sea una cifra elevada, a largo plazo, puede resultar más económico que el alquiler. Si decides comprar una vivienda, estarás invirtiendo en tu futuro y en lugar de pagar alquiler, el comprador estará pagando una hipoteca que dará lugar a una propiedad ya pagada en el futuro.