La vivienda inteligente es algo que, desde sus inicios hemos asociado al futuro porque la gran capacidad de control de la casa que nos brinda, puede parecer surrealista hoy en día. Pues para sorpresa de muchos, el avance vertiginoso de la tecnología ha permitido que estos sistemas inteligentes de viviendas se hayan desarrollado tanto que se encuentren ya presentes.
¿En qué consiste?
La domótica, como su propio nombre indica, hace referencia al conjunto de tecnologías orientadas a un control y automatización de la vivienda. Partiendo de esta base, se podrá hacer un uso eficiente de la energía con más facilidad y mejorar la comunicación. Ya en 2021, se publicó el informe Smart Home Report 2020, donde se exponen los actuales ingresos mundiales en el sector de la domótica, cifrados en 77.300 millones de dólares. A esta cantidad se estima un aumento a más de 175.000 millones para 2025.
Además, al margen de las ventas que traen las casas inteligentes, hay que tener en cuenta la buena aceptación que han tenido los asistentes virtuales presentados por empresas como Amazon o Google. Estos asistentes ofrecen un primer sencillo paso, la conectividad a diferentes dispositivos como la televisión o luces, con la desventaja de necesitar establecer una conexión con el dispositivo a controlar. Aun así, estos asistentes han permitido a muchas personas presenciar una pequeña parte de las posibilidades que propondrán los sistemas de inteligencia artificial.
Gracias a la entrada de estos sistemas inteligentes, se podrán superar distintos retos con mayor facilidad, desde el ahorro en suministros hasta una seguridad impecable:
Uso eficiente de la energía
Aunque comprar o instalar los elementos necesarios para una vivienda inteligente se presente a priori como un gasto, técnicamente se considera una inversión a medio plazo. Esto ocurre porque la vivienda inteligente, se puede programar para que optimice los recursos al máximo, lo que se traduce en un menor gasto energético y por lo tanto un ahorro para el bolsillo del consumidor.
Un sistema inteligente se puede programar para que aproveche la luz solar controlando: las persianas, con un motor que las sube o baja en función de la incidencia de luz solar; la iluminación, apagando y encendiendo las luces en función de la necesidad del inquilino.
Mediante el uso de la geolocalización, los sistemas domóticos podrían solicitar activar tanto el aire acondicionado o la calefacción unos minutos antes de llegar a casa. De este modo se evitaría el uso de recursos prácticamente al máximo de potencia con ello un gasto incrementado de energía para lograr un buen confort.
Máxima seguridad
La vigilancia y control de la alarma se torna una acción automática para los sistemas domóticos, con posibilidad de avisar automáticamente a la policía. La gran diferencia con las alarmas actuales son las funciones relacionadas con la tecnología, esto es, la posibilidad de incorporar cerraduras que puedan abrirse mediante el uso de un dispositivo móvil concreto o el juego con la iluminación. Mediante el control de las luces, nuestra propia casa puede simular la estancia de personas en su interior, de esta forma disuadirá a los ladrones.