A expensas de empezar un nuevo año, el final de 2022 expone un escenario económico donde la inflación y las subidas de tipos de interés se mantienen al orden del día. Al margen de ello, hay muchas personas que por cuestiones de inversión o necesidad piensan en adquirir una vivienda, pero son muchas las variables que determinan si ahora es un buen momento, sobre todo en la entrada de un nuevo año. El mercado inmobiliario de 2023 a priori no deja señales de demasiados cambios, por lo que se espera un escenario conservador, donde según un reciente estudio del portal inmobiliario pisos.com, los resultados están marcados por la moderación y la contención.
Nuevamente, el estudio deja en evidencia el valor refugio que representa la vivienda en España. Pese a pequeñas reducciones que variarán en función de mercados inmobiliarios más locales, las grandes capitales como Barcelona o Madrid, presentan una oportunidad más atractiva “manteniendo los precios al alza” según informa el director de Estudios Ferran Font. Esta situación aleja cualquier riesgo de burbuja a nivel nacional, ya que se tienen en cuenta otras variables que afectan a los ciudadanos, como es el paro y las cifras a nivel nacional son “bastante positivas”. Pese a esto, las políticas monetarias del BCE mantienen de cara al inicio de 2023 un contexto de incertidumbre, a expensas de nuevos giros que favorezcan a operaciones relacionadas con bienes inmuebles.
Asimismo, el estudio ofrece una valoración de la obra nueva en el mercado inmobiliario de 2023 donde siguiendo con la misma tónica, estará marcado por la moderación. En la valoración del portal inmobiliario se recuerda que en 2021 este mercado tuvo un crecimiento exponencial superando la barrera de 100.000 visados de obra nueva residencial, una cifra que superó las expectativas en ejercicios anteriores. Al cierre de 2022, el portal espera una cifra similar, con una leve caída del 2% del número de visados, situándose finalmente en 98.000 al empezar 2023, un dato muy satisfactorio para el sector si se tiene en cuenta a subida de costes de construcción, materiales, paralización de algunas obras por variables ajenas al sector y las políticas para contener la inflación de 2022. El estancamiento que ofrece el mercado inmobiliario en base al contexto, refleja una capacidad de recuperación y apuesta de los compradores por las viviendas de obra nueva.
En cuanto a transacciones nacionales de nuevas viviendas, Font recuerda que el sector se mantiene lejos de los datos de 2005 y 2006”, otra razón para descartar cualquier indicio de burbuja inmobiliaria, donde actualmente, las viviendas de nueva construcción suponen el 20% de las transacciones nacionales. Si bien estos datos se mantienen lejos, la constante que mantiene durante 2022 se ve marcada por las dificultades de los promotores inmobiliarios. El aumento de los costes energéticos y materiales, provoca un aumento en el precio de la vivienda respecto a la preventa, de tal forma que, los compradores de vivienda sobre plano ven revalorizado su inmueble en una forma más excesiva en comparación con años anteriores.