Hablar de nuevas promociones de pisos vanguardistas pero asequibles —como los de Naleah, en el barrio madrileño del Cañaveral— es en buena parte hablar de jóvenes, solos o en pareja, con el proyecto y la ilusión de elegir su primera vivienda. Hoy quiero hablaros con más detenimiento de estos «jóvenes». ¿Os habéis planteado cuál es la edad de emancipación en España?
En muchos países de Europa, los jóvenes se van de casa cuando empiezan la carrera. En estos países (por ejemplo, en Alemania), es muy común estudiar en alguna universidad alejada del domicilio familiar, tener un «trabajo de estudiante», compartir piso con otros jóvenes y volver a casa en Navidad y en verano. Un buen ejemplo de esa organización familiar y social son los países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Finlandia), en los que la edad media de emancipación es a los 20-21 años. En este entorno, resulta habitual que la primera vivienda que buscan los jóvenes sea de alquiler, generalmente compartida para que el gasto sea menor. Algo parecido ocurre en Estados Unidos.
La edad media europea de emancipación es algo más elevada, entre los 25 y los 26 años (un par de años antes las mujeres que los hombres, según las estadísticas). Sin embargo, la edad de emancipación en España —y también en Italia, Croacia, Malta o Eslovaquia— está bastante por encima de la media: entre los 29 y los 30 años. Las razones de este hecho son muy variadas: desde la precariedad laboral y el miedo a quedarse sin recursos para afrontar las responsabilidades de la vida independiente, pasando por la falta de ayudas para la emancipación y de políticas públicas de vivienda y juventud o la cantidad insuficiente de becas y de préstamos para universitarios o estudiantes de formación profesional. Además, las razones son también culturales. Las relaciones familiares no son iguales en todos los países. En España es muy común ver a la familia todos los días o al menos mantener el contacto diario de alguna manera. El arraigo familiar es tal, que incluso es habitual irse a vivir a la misma ciudad o región en la que se encuentra el domicilio de los padres. Hay también jóvenes que tienen recursos para irse a vivir solos, pero prefieren retrasar ese momento y seguir bajo el refugio y el amparo de la familia, porque ya no dependen de ella económicamente pero sí emocionalmente.
Con estos datos, es muy normal que los jóvenes españoles que buscan su primera vivienda no estén interesados en alquilar sino en comprar directamente. Viviendas urbanas bien comunicadas (cerca de sus trabajos) pero con la seguridad y la tranquilidad suficientes para tener calidad de vida, en barrios jóvenes, emergentes y en continuo crecimiento (como ellos); viviendas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente (también como ellos), en las que hay espacio además para el ocio y para el deporte, pero claro, ¡con precios asequibles! ¿Todavía os preguntáis por qué El Cañaveral es uno de los barrios preferidos de los jóvenes que buscan su primera vivienda en Madrid?