La elección de elegir casa es una de las experiencias más difíciles de afrontar, puesto que no hay un método universal que funcione en todas las personas. En función del contexto, uno necesita una vivienda que reúna una serie de características, donde puede primar una visión más centrada en el presente, en caso de empezar con un trabajo estable en una nueva zona, o una que mire hacia el futuro, si pensamos antes en futuros integrantes del núcleo familiar. Aun así, como toda operación importante, necesita una previa reflexión para conseguir la vivienda que más se ajuste a la demanda solicitada.
Situación personal
Lo primero a tener en cuenta será la situación de cada persona. Uno de los factores determinantes para elegir casa es la compañía, puesto que, si se cuenta con otra persona, se puede plantear unas metas mucho más ambiciosas. En el caso de no contar con compañía estable para la elección de vivienda, la opción de alquiler es probablemente la que más se ajuste, debido a que supondrá una dificultad añadida optar por las ventajas que supone comprar la vivienda. Sin embargo, hay que tener en cuenta más factores de la situación, ya que muchas personas solteras priorizan el ahorro de un capital que les permita comprar la casa donde viven, de este modo, se presentan nuevas perspectivas, como la de obtener mayor control sobre la situación o incluso arrendar la misma vivienda.
En caso de querer ahorrar
Puede ser, que existan perfiles con una capacidad de elección por igual entre alquilar una vivienda o comprarla, pero con una intención clara, el ahorro. En igualdad de condiciones, si el mayor deseo de la persona o la familia es conseguir optimizar sus ingresos, la opción de compra será la indicada. Además de beneficios fiscales y la facilidad actual que presentan los bancos para la concesión de crédito, aunque el desembolso por la compra es claramente mayor al alquiler, la posesión de una propiedad siempre se considera una inversión. Esto se traduce en posibilidad de alquilar la vivienda, venderla años más tarde por mayor valor, o simplemente aceptar un proyecto de vida que ofrece independencia y estabilidad.
En caso de gozar de estabilidad
Una vez se tenga clara la situación personal, cabe centrar los esfuerzos en el siguiente paso: qué es lo que se necesita. Para ello, es importante tener las cosas claras. Si el perfil de comprador se ajusta más a la cercanía de lugares de ocio y socialización más masificados, una ubicación céntrica de la vivienda primará frente a la calidad y el conseguir un precio más bajo por metro cuadrado.
En cambio, si la intención es adquirir una vivienda que se ajuste más a una buena relación calidad y precio, sin alejarse de un núcleo de población, la compra de una vivienda de obra nueva puede que se ajuste más a nuestra exigencia. Más aún, si el perfil de consumidor valora la calidad del edificio y desea ahorrar en los suministros gracias a materiales más modernos y construcciones eficientes.