La contratación del seguro de hogar, es otra de las tareas por las que debe pasar un comprador de vivienda. Aunque se habla de casos hipotéticos y futuribles, cabe tener en cuenta la alta importancia que supone no solo contratarlo, sino saber elegir bien. Con el fin de evitar sorpresas o falta de entendimiento por su complejidad y cantidad de elementos a tener en cuenta, se revisarán ciertas cuestiones que desde Naleah pueden ayudar al comprador como apoyo para entender y aceptar con dicha contratación.
En primer lugar y previo a la contratación, comprender distintos términos es algo principal. En este caso, hablaremos del continente y el contenido. Por un lado, el continente de una vivienda hace referencia a todos los elementos constructivos o estructurales e instalaciones, por ejemplo, paredes, suelos, tuberías de gas y de agua, etc. Por otro lado, el contenido son los objetos que hay dentro de una vivienda, es decir, los bienes con los que el comprador ha ido llenando su vivienda, como serían los muebles, ropa, dispositivos electrónicos, etc.
En segundo lugar, habrá que tener claras las coberturas que se necesitan, para así elegirlas bien. La evaluación de la ubicación de la casa es un elemento importante, dado que existen zonas, por ejemplo, en el sur de España, que tienden a sufrir daños causados por el agua, ya sea por lluvias o inundaciones, etc. Además del agua, un incendio o explosión son algunos de los daños más frecuentes dentro de aquellos que generan consecuencias graves, por ello, el adaptar las coberturas ante estos fenómenos es fundamental.
El tercer consejo para la correcta elección del seguro de hogar es saber ajustar los capitales. Para ello, se deberá tener en cuenta la capacidad económica del comprador, puesto que corresponde a las cantidades que se deberán abonar al margen de lo que el seguro cubra. Es por eso, que un alto capital asegurado por responsabilidad civil jugará en favor del asegurado, debido a que algunas indemnizaciones por daños pueden llegar a ser millonarias.
En cuarto lugar, entrando más en cuestiones específicas, señalar los elementos singulares puede resultar extremadamente útil. Con elementos singulares se hace referencia a bines de alto valor como joyas u otros objetos que pueden superar los capitales que se han establecido durante la póliza. Si como asegurado desea asegurarlos, es bueno declararlo expresamente y en la medida de lo posible, guardar pruebas de su existencia por si estos bienes resultan dañados durante un siniestro.
El último consejo hará referencia a un problema común tras un siniestro, los daños estéticos. Establecer una garantía por daños estéticos, si bien, no es tan importante como ajustar los capitales, puede marcar la diferencia, ya que, obliga a la aseguradora a restablecer exactamente como estaban los bienes asegurados desde el punto de vista estético. Por ejemplo, en el caso de rotura de una puerta, el seguro deberá sustituirla por una idéntica, y en el caso de no existir ese modelo, se podrá exigir, a causa de la garantía de daños estéticos, cambiar todas las puertas de la vivienda que fueran similares a la dañada.